Características físicas del dinosauroide
Al
reconstruir al Troodon, Russell y Séguin notaron su gran cerebro. Por ello,
plantearon como base de su hipótesis que el dinosaurio hubiese evolucionado
hasta desarrollar un cerebro más grande. Siendo así, el dinosauroide adquiriría
la postura erecta y acortaría el cuello, para soportar mejor el peso.
Al erguirse,
el antiguo Troodon ya no necesitaría la cola para equilibrarse y la perdería.
Para soportar la nueva posición, el tobillo bajaría, y el pie se volvería más
largo y plano, perdiendo agilidad y rapidez, y tal vez la presencia de la garra
falconiforme de trodóntidos y dromeosáuridos.
A estas
hipótesis publicadas en 1982 se añaden otras, producto de las nuevas
investigaciones. Dada la estrecha relación del Troodon con dinosaurios
emplumados como el velociraptor y sus parientes,
hubiera sido probable que el dinosauroide presentara plumaje, aunque tal vez
diferente al de las aves actuales, y más cercano al que se conoce, por ejemplo,
de fósiles de beipiaosaurus, un pariente de los
raptores.
Dado el gran
tamaño de su cerebro, la capacidad intelectual del dinosauroide le habría
permitido, quizá, habilidades cognitivas como la fabricación de herramientas y
la estructuración de un lenguaje.