Las aventuras de Tintín Ideología
Se ha
escrito mucho acerca de la ideología de la serie Las aventuras de
Tintín. La obra ha sido objeto de polémica, en gran parte a causa de la
continua reedición de obras que fueron concebidas muchos años atrás y en un
contexto enteramente diferente. Se ha tachado a Hergé de propugnar en sus
álbumes puntos de vista colonialistas, racistas e incluso fascistas; se le ha reprochado su supuesta misoginia, dado que apenas aparecen mujeres en la
serie; y se le ha acusado de mostrar en un álbum (Tintín
en el Congo) una
crueldad innecesaria ante los animales. Estas acusaciones se refieren a
aspectos puntuales de algunos álbumes concretos, pero no puede decirse que sea
el punto de vista predominante en la serie. En este sentido, existe una cierta
"leyenda negra" de Tintín, a la que contribuyó sin duda el hecho de
que Hergé colaborase durante la ocupación alemana de Bélgica en un diario que
controlaban los nazis.
Tintín en
el Congo es el
álbum en el cual está más presente la ideología colonialista y racista. En él los indígenas africanos son
mostrados como indolentes y estúpidos, y Tintín adopta hacia ellos una actitud
paternalista. Hergé no negó que el colonialismo
estuviese presente en el álbum; era, según afirmó, lo habitual en la época:
Hice
esta historia, ya se lo he dicho, según la óptica de la época, es decir, con un
espíritu típicamente paternalista... que era, y lo afirmo, el espíritu de toda
Bélgica (Sadoul, 1986, p. 97).
Otro álbum
que fue tachado de racista es bastante posterior: se trata
de Stock de
coque. Aunque la
aventura es una denuncia de la esclavitud en la que Tintín y Haddock toman
nítidamente partido por los más débiles, un artículo publicado en 1962 en la
revista Jeune
Afrique criticó
duramente su representación de los africanos (Sadoul, 1986, p. 97), especialmente en cuanto a
su forma de hablar. Hergé acusó las críticas, y para una
nueva edición del álbum, publicada en 1967, se reescribieron algunos diálogos.
La idea del
fascismo de Tintín puede estar relacionada con la actitud de su autor durante
la guerra, así como con su vinculación inicial con el abate Norbert
Wallez, un hombre de
extrema derecha y anticomunista declarado. Los álbumes que Hergé
publicó durante la guerra, sin embargo, son historias de aventuras en las que
no hay alusiones a la política, ni en uno ni en otro sentido. Los críticos de
la serie, escrutando minuciosamente los álbumes, han encontrado una tenue
intención propagandística en La estrella misteriosa, en cuya
primera versión una expedición europea compite con otra estadounidense,
financiada por un neoyorquino de apellido judío que es el principal villano del
álbum.
Otros
álbumes, en cambio, desmienten la supuesta simpatía de Hergé por el fascismo.
Antes de la guerra, en El
cetro de Ottokar,
hay críticas evidentes a la política expansionista de Hitler (según el autor,
es el relato "de un Anschluss fracasado") (Sadoul, 1986, p. 71). Hergé se manifestó en
contra de todos los totalitarismos, del signo que fuesen:
Mire,
yo creo que todos los totalitarismos son nefastos, tanto si son de «derechas»
como si son de «izquierdas», y los meto a todos en el mismo saco (Sadoul, 1986, p. 71)
Nunca negó,
sin embargo, sus ideas conservadoras. Tal vez por ese motivo, Tintín está
generalmente a favor del orden establecido, lo que no le impide prestar
atención a los más desfavorecidos, y, en muchas ocasiones, tomar enérgicamente
partido por ellos: los indios en Tintín en América, los chinos que
sufren la opresión japonesa en El Loto Azul, o incluso los esclavos
africanos de Stock de coque. A lo largo de sus viajes, Tintín
muestra, en general, un interés y un respeto genuinos por las culturas no
europeas, que se manifiesta también en la voluntad de Hergé de documentarse
minuciosamente para la realización de los álbumes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario