miércoles, 25 de agosto de 2021

Las aventuras de Tintín Personajes

 Las aventuras de Tintín  Personajes

Tintín

Tintín es un joven reportero belga que se mete a menudo en problemas por defender causas justas. Su apariencia física y su vestuario apenas cambian a lo largo de los años. De baja estatura, es rubio y luce un tupé característico, su principal seña de identidad, junto con los pantalones bombachos que llevará en todos sus álbumes (a excepción del último, Tintín y los Pícaros, donde lleva pantalones vaqueros). Se presenta, desde su primera aventura, como periodista: viaja a la Unión Soviética y después al Congo en calidad de reportero de Le Petit Vingtième, aunque solo en Tintín en el país de los soviets se le presenta escribiendo un reportaje. A partir del tercer álbum de la serie, deja de haber referencias al diario en que colabora Tintín, aunque el personaje no deja de presentarse como reportero, y utiliza en ocasiones su profesión como medio de hacer averiguaciones en sus aventuras.

En los álbumes no se dan nunca indicaciones sobre la edad de Tintín, ni sobre sus circunstancias familiares, afectivas o sexuales, destacando por su inquebrantable honradez, a la que no es ajena la admiración de Hergé por el movimiento scout. Del mismo modo,

También carecía de sentido de humor, aunque se moviera en historias donde el humor jugaba un papel importante. Si al principio éste corría de parte de los villanos, tan patosos como malos, pronto aparecieron personajes como Hernández y Fernández, el capitán Haddock o el prof. Tornasol, redondeando un reparto que ha hecho inmortales e inolvidables a las aventuras del personaje.​

Milú

Desde su primera aventura, Tintín está acompañado por su mascota, Milú, un fox terrier blanco, siendo por tanto el único personaje, además del protagonista, que aparece en todas las aventuras de la serie.

Milú no es capaz de hablar, ​ pero sus pensamientos aparecen a menudo verbalizados en los globos de diálogo. Generalmente es capaz de hacerse entender. Su afición por los huesos y su más humano que canino interés por el whisky (en especial de la marca Loch Lomond, la preferida del capitán Haddock) desencadenan a menudo situaciones cómicas.

El capitán Haddock

El capitán Archibaldo Haddock es un capitán de la marina mercante cuya nacionalidad no se aclara en los álbumes (¿inglés, francés o belga?), aunque sí se sabe que tiene un antepasado francés (el caballero de Hadoque, marino al servicio de Luis XIV). El apellido Haddock procede de una conversación que Hergé mantuvo con su esposa, en la que ella comentó que el haddock (especie de abadejo ahumado) era un "triste pescado inglés". El nombre de pila del capitán, Archibaldo, no se desvela hasta la última aventura de Tintín, Tintín y los Pícaros (1976).

Arquetipo del lobo de mar, su apariencia se ajusta perfectamente a este modelo: gorra, jersey azul con el dibujo de un ancla, poblada barba negra. Rudo y de buen corazón, aunque de carácter irascible, es el inseparable compañero de Tintín desde que hizo acto de presencia en El cangrejo de las pinzas de oro, donde es presentado como un personaje débil y dominado por su alcoholismo. Más tarde se convierte en un personaje más simpático, aun sin abandonar su debilidad por el whisky, en el que tiene especial predilección por la marca Loch Lomond (sus borracheras son a menudo empleadas como gags cómicos). Su mal carácter, su impulsividad irreflexiva y su amplio repertorio de insultos extravagantes son lugares comunes de la serie, y contribuyen a dar un contrapunto al generalmente tranquilo y juicioso Tintín.

Tras la aparentemente infructuosa búsqueda de El tesoro de Rackham el Rojo, el profesor Tornasol le ayuda a adquirir el castillo de su familia, en Moulinsart, y posteriormente convertirse en un pacífico rentista. No por ello, sin embargo, deja de acompañar a Tintín en sus aventuras, y aparece en todos los álbumes desde su aparición hasta el final de la serie.

Hernández y Fernández

Hernández y Fernández (Dupond et Dupont en la versión original) son una pareja de policías casi idénticos (bigote, bombín y bastón son sus tres principales señas de identidad). Solo se distinguen por el bigote, donde el de Hernández (Dupont) tiene el aspecto de una D girada mientras que Fernández (Dupond) lo lleva con dos pequeñas guías o "rabitos", que le dan una forma de T invertida. Pese a las apariencias, no hay entre ellos ninguna relación de parentesco. Se ha dicho que Hergé pudo inspirarse en una fotografía aparecida en la revista parisina Le Miroir, en que aparecen dos detectives con bigote y bombín escoltando a un detenido (Farr, 2002, p. 41), pero el autor nunca confirmó esta información.

Dupond y Dupont, o Hernández y Fernández, hicieron su primera aparición protagónica en la serie en Los cigarros del faraón, en 1934, con los nombres de X 33 y X 33 bis. Más adelante Hergé les hizo aparecer en la edición en color de un álbum cronológicamente anterior, Tintín en el Congo, en cuya poblada primera viñeta se les puede ver, algo apartados del grupo principal que despide al reportero. Aparecen en todos los álbumes posteriores de la serie, con dos únicas excepciones (Tintín en el Tíbet y Vuelo 714 para Sídney) (Farr, 2002, p. 41).

Su ingenuidad y sus constantes meteduras de pata son las características que más identifican a estos simpáticos personajes. Destacan igualmente por su afición a los disfraces.

El profesor Tornasol

El profesor Silvestre Tornasol o Arsenio Tornasol (Tryphon Tournesol en la versión original) encarna el arquetipo del científico despistado. Su sordera hace que se aísle en un mundo propio, sin enterarse de lo que ocurre a su alrededor, lo que propicia un sinfín de situaciones cómicas.

Tornasol hizo su primera aparición en la serie en la página 5 del álbum El tesoro de Rackham el Rojo, en 1943, y se convirtió en uno de los personajes más emblemáticos de la serie, apareciendo en casi todos los álbumes posteriores. Para su creación, es posible que Hergé se inspirase en los rasgos del suizo Auguste Piccard, inventor del batiscafo (Farr, 2002, p. 106-107). Pueden encontrarse precedentes suyos en otros personajes de la serie, como el excéntrico egiptólogo Filemón Ciclón de Los cigarros del faraón o el Néstor Halambique de El cetro de Ottokar.

Sus inventos oscilan entre lo absurdo (la máquina para cepillar ropa o la cama-armario) y lo genial (el submarino de El tesoro de Rackham el Rojo; el generador de ultrasonidos de El asunto Tornasol; y, sobre todo, el cohete lunar de Objetivo: la Luna).

Su ámbito de interés científico es tan amplio que difícilmente resulta verosímil. En Objetivo: la Luna es presentado como un eminente físico nuclear. En Aterrizaje en la Luna es capaz de oír perfectamente gracias a su audífono. En El asunto Tornasol su invento, capaz de reducir a polvo grandes ciudades, es codiciado por grandes potencias. En Las joyas de la Castafiore, sin embargo, se refugia en su sordera para no enterarse de lo que ocurre a su alrededor.

Una de sus pasiones es el cultivo de rosas: incluso crea una nueva variedad que galantemente dedica a su amor platónico, Bianca Castafiore.

Bianca Castafiore

La cantante italiana de ópera Bianca Castafiore es el único personaje femenino de cierta importancia en el mundo casi exclusivamente masculino de Las aventuras de Tintín. Conocida como «el Ruiseñor Milanés», la Castafiore es una diva conocida en todo el mundo, y, sin embargo, su voz es objeto de la más viva animadversión por parte de casi todos los personajes de la serie (con la excepción del "duro de oído" Tornasol, quien además se revela en Las joyas de la Castafiore como su tímido enamorado). Es especialmente detestada por el capitán Haddock, con quien forma un singular dúo cómico que tiene su actuación más destacada en el álbum antes mencionado.

La Castafiore hizo su primera aparición en la serie en El cetro de Ottokar, en 1938. En total, aparece en ocho de los álbumes de la serie, incluyendo el último, Tintín y el Arte-Alfa.nota 18​ A pesar de no encontrarse ella presente, los personajes la oyen cantar por la radio en al menos otros dos (Objetivo: la Luna y Tintín en el Tíbet).

En el desarrollo de algunos aspectos del personaje tuvo sin duda un importante papel Edgar Pierre Jacobs, colaborador de Hergé desde 1940. Jacobs había sido barítono profesional y fue durante toda su vida un gran aficionado a la ópera. Hergé, en cambio, detestaba este género musical, ya que, según sus propias palabras, veía "a la mujer gorda detrás de la cantante" (Sadoul, 1986, p. 33).

Aunque es de suponer que una artista de tal celebridad cuente con un amplio repertorio (hay también referencias a interpretaciones suyas de obras de Puccini y Rossini), en la serie aparece ligada casi exclusivamente a una sola pieza, el «Aria de las joyas» del Fausto de Gounod, cuya letra ("Me río de verme tan bella en este espejo") resulta muy adecuada para su enorme vanidad. Como corresponde a una diva, está en el centro de atención de la prensa, que le atribuye romances inverosímiles (por ejemplo, con el capitán Haddock, en Las joyas de la Castafiore). Su suntuoso vestuario (luce modelos inspirados en creaciones de, entre otros, Christian Dior y Coco Chanel) refleja la cambiante moda del siglo XX. Bianca Castafiore viaja siempre con su secretaria, Irma, y su pianista, Igor Wagner.

Otros personajes

Además de los mencionados, las aventuras de Tintín cuentan con la presencia de varios personajes secundarios que aparecen en varios álbumes. Es el caso del malvado millonario Rastapopoulos, principal antagonista de Tintín, del mercenario Allan Thompson, del general Alcázar y su eterno rival en el gobierno del imaginario país de San Theodoros, el general Tapioca, del mayordomo Néstor, del estrafalario comerciante portugués Oliveira da Figueira y del insoportable Serafín Latón.

En ocasiones, Hergé parodió con sus personajes a personas reales, cuyos nombres disfrazaba solo ligeramente. Es el caso del traficante de armas que aparece en La oreja rota, Basil Bazaroff, cuyo nombre apenas encubre la referencia a Basil ZaharoffEzdanitoff, que aparece en Vuelo 714 para Sídney, está inspirado en Jacques Bergier, el autor del difundido libro de esoterismo El retorno de los brujos, y el contrabandista de Los cigarros del faraón es un trasunto de Henry de Monfreid​ Menos frecuente es la aparición en los álbumes de Tintín de personajes reales con su nombre verdadero: hay un único caso, el del gánster Al Capone, que tiene un relevante papel en Tintín en el Congo y Tintín en América (Sadoul, 1986, p. 97). Otros están inspirados en personaje reales con el nombre totalmente cambiado como sería el millonario de la industria aeronáutica Laszlo Carreidas inspirado en el también millonario francés Marcel Dassault, el dictador bordurio de El cetro de Ottokar Müsstler, su nombre dice que está inspirado en los dos mayores dictadores del siglo XX, Mussolini y Hitler (Muss- de Mussolini y -tler de Hitler), el bandido Rastapopoulos se inspira en el también griego Aristóteles Onassis, y este último millonario real se enfrenta a Carreidas en Vuelo 714 para Sidney por unos cuadros. El Capitán Haddock, en uno de sus insultos al General Tapioca en Tintín y los pícaros, le arrea Mussolini de carnaval, inspirado en Mussolini otra vez, el célebre dictador italiano. (Farr, 2011).

Cameos

En algunos álbumes, el autor se retrata a sí mismo: en concreto, en Tintín en el Congo (primera viñeta); en El cetro de Ottokar (páginas 38 y 59); y en El asunto Tornasol (página 13). Su colaborador Edgar Pierre Jacobs aparece en las mismas viñetas de los mismos álbumes, y además en Los cigarros del faraón (páginas 8 y 9); y en Las siete bolas de cristal (página 16). Otro de los colaboradores de Hergé, Jacques Van Melkebeke, aparece también en algunos de los álbumes.​

Mención aparte merecen los cameos de otros personajes de Hergé, como Quique y Flupi (Quick y Flupke) que aparecen ocasionalmente en algunos álbumes: en Tintín en el Congo (viñeta inicial); en La estrella misteriosa (página 20) y en Las siete bolas de cristal (página 61).

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